sábado, 16 de noviembre de 2013

Torneo, international day...

Unos cuantos días después vuelvo por estos lares. Desde la última entrada han pasado diversas cosas.

La primera de ellas fue un torneo de fútbol sala con el Horsens Freja. Realmente no era fútbol sala, era algo parecido a eso, pero con reglas muy diferentes. Por ejemplo, no había portero como tal; se jugaban cuatro contra cuatro pero uno no podía bajar a defender, por lo que realmente era un 4 (ataque) contra 3 (defensa); si tirabas el balón fuera te tenías que retirar del campo hasta que había un gol, así como si hacías una falta. Muchos goles se vieron desde campo propio aprovechando que no había nadie en la portería. La verdad sea dicha, es un juego raro. Yo me quedo con el fútbol sala de siempre. Después del torneo tuvimos una cena en la que estabamos varios equipos que habíamos jugado. Fue un buen día, un día diferente.

 Horsens Freja: Jobber, Fatos, Elle, Jonas, Kenny; 
Ragnar, Højlund, Daniel

A parte de eso, semana de meterle horas a los proyectos de las asignaturas. Bueno, realmente a aeropuertos.

Ayer, viernes 15, fue el International Day. Probablemente haya sido mi cuarto y último día de disfrutar de esta magnífica idea. Es un día que me gusta bastante, ya que en la cantina nos juntamos mucha, mucha gente, de una gran cantidad de países. Vas probando comida de la India, Estonia, China, Kenia, Francia, Italia, Letonia, Islandia, Noruega entre muchos otros.

International day otoño 2011

Después de todo esto estuve en la universidad viendo la segunda parte del partido clasificatorio entre Islandia y Croacia. Me invitaron y creí que acudir sería una buena idea, vivir la posible clasificación de Islandia por primera vez a un mundial rodeado de islandeses creo que es algo que nunca más me va a pasar. Así que el martes me parece que volveré a ver la vuelta con ellos.

Próximamente vendrá la Semester Party (tema de disfraz: vagabundo) o Movember. Y también trabajar en el proyecto.


Hace poco, además, me he acabado la trilogía de Apocalipsis Z, de Manuel Loureiro. El tema es un virus zombie, y desde allí se teje la historia entera. Simplemente quería comentarlo porque han sido tres libros (sobre todo el primero) en los que no dejan de suceder cosas, que cuando te acabas un capítulo quieres leerte el siguiente porque te ha dejado con la intriga. Lo recomiendo, de verdad. Intentaré volver a algo de literatura histórica, pero veremos cuál será el siguiente.

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